Acabamos de volver de una semana en el hotel rural morvedra nou...
El hotel se encuentra muy cerquita del centro de Ciutadella y en un lugar bastante estratégico para visitar las calas de Macarella Turqueta Playa de Son Saura
El hotel está muy bien cuidado con unos jardines muy bonitos, la habitación es muy básica con su baño la cuna para nuestro bebe y una pequeña terraza.
Tengo que destacar el restaurante dónde cenamos y comimos varias veces todo estaba muy rico desde el gazpacho las ensaladas al solomillo con queso de menorca la parrillada (recién hecha) de verduras el arroz negro croquetas de sobrasada... el postre de chocolate... todo muy bien presentado y exquisito.
Lo que me llevo de éste hotel es el personal, atento simpatico amable educado... sólo puedo decir cosas buenas... nosotros viajamos mucho y es realmente difícil encontrar gente así, nos hemos sentido casi "en familia".
Recomendable para los que busquen paz tranquilidad
Pasamos una semana aquí, a finales de mayo de 2007. El hotel está en un paraje rural muy tranquilo, a unos veinte minutos al sudeste de la Ciutadella, a lo largo de una estrecha y tranquila carretera, por tanto es esencial tener coche. La restauración del edificio es preciosa, con un montón de piedras a la vista y los típicos suelos embaldosados de España por todo el lugar. Así mismo, existe una terraza cubierta muy bonita con muebles de mimbre que da a la piscina donde puedes comer o simplemente sentarte en un sofá. Las habitaciones están bien, son bastante espaciosas, con buenos cuartos de baños y la presión del agua es excelente. La amabilidad, servicio y limpieza son modélicos. A nosotros nos pareció que el desayuno era perfecto, con una buena selección de fiambre y queso, incluido el jamón serrano que es particularmente bueno, y de vez en cuando macedonia de frutas. Fruta, cruasanes, pasteles, huevos cocidos, algunos cereales etc. La cena variaba, algunos platos eran excelentes (la sopa de pescado, macedonia que parecía más bien una fuente de fruta con una explosión de sabores), pero otros sólo eran mediocres, como la berenjena rellena. También servían tablas de jamón, queso o paté de la zona que resultan adecuados para cenar después de haber ingerido en el almuerzo un copioso plato de pescado junto al mar. No tuvimos ningún problema con la cena, mirábamos los menús del día y si nos gustaba uno entrábamos y sino tomábamos una de las tablas o comíamos en Ciutadella donde hay un montón de restaurantes. En suma, es un bonito lugar que recomiendo por completo y al que me encantaría volver para pasar otra semana.
un piccolo hotel, per chi ama relax e privacy, vicino alle più belle spiagge dell'isola. Le camere, in linea e solo al piano terra, hanno tutte un "soffitto" di bouganville, terrazo privato, affaccio su un bellissomo giardino molto curato. Non sono grandissime, ma per 2 persone vanno benone. La cucina è davvero eccellente, consiglio il crocante de sobrassada, il servizio dell'hotel e del ristorante che, dimenticavo, è riservato ai soli ospiti, è davvero cordiale. La posizione è strategica per le spiagge ma, se per un pomeriggio non avete voglia di spostarvi, una piscina immersa nel verde piscina è a disposizione. Curiosità: spesso capita di vedere cavalli in libertà nelle immediate vicinanza dell'hotel. Da 4 anni ci vaso in vacanza, per almeno 2 settimane. buon rapporto qualità-prezzo: DA PROVARE!!!
Maison de campagne au bord de la mer !”
Hôtel pour les amoureux de Minorque et du calme qui cherchent un endroit simplement authentique pour se reposer et se ressourcer au milieu de la nature !
Vielle maison de campagne, datant de 1620 environ, restructurée avec amour et passion par la famille propriétaire et transformé en un petit hôtel plein de charme. Peu de chambres, tranquillité garantie, doté de tout confort et ayant une petite terrasse privative, je conseille celles de devant avec la vue sur le jardin et la maison principale. Petite piscine, mais très agréable. Le restaurant propose pour les hôtes un petit menu pour les soir, si non petite carte avec quelques plats "à l'ancienne", petite déception en ce qui concerne le petit déjeuner qui manque de "saveurs naturels", pas de jus de fruits frais ou de confitures autre que les barquettes que on trouve dans tous les hôtels citadins ! Les jardins sont magnifiques et bien entretenu et il est agréable de y passer des longues moments allongés sur une chaise longue avec un bon livre ou une sieste en plein air, a essayer ! Eloigné de Ciutadela de quelques kilomètres, une voiture de location est indispensable, aussi pour pouvoir visiter l'île. Les belles plages de Son Saura et Macarella entre autre, sont tout proches de l'hôtel. Pour les visites de lîle et surtout des coins moins connus ou des plages naturelles, faites confiance à David, le réceptionniste, ou à Victoria, la directrice, ils ont préparé une documentation avec plein de suggestions intéressantes, un vrai travail d'amoureux de leur île ! A ne pas rater celle du parc naturel de S'Abulfera avec Es Grau ou encore les plages de La Vall, prisées par les habitant de Ciutadela. Un endroit qui donne envie de y retourner.
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